Por qu tantas mujeres se han declarado lesbianas en los ltimos tiempos
El pasado abril fue bautizado en redes sociales como el mes de las lesbianas. No es algo que sorprenda, ya que coincide con el Día de la Visibilidad Lésbica, celebrado todos los 26 de dicho mes. Pero la realidad es que este abril de 2024 ha sido más especial que los anteriores. O al menos, así parece haberse manifestado. La razón reside en que justo coincidió con dos noticias que revolucionaron el lesbianismo a nivel nacional: el embarazo de Dulceida y Alba Paul y la confirmación de que Rosalía y Hunter Schafer estuvieron saliendo durante cinco meses, seguido de una corriente de exposición sáfica en la cultura. Es el caso de Billie Eillish lanzando ‘Lunch’, una canción dedicada a una mujer. O, por ejemplo, la confirmación mediante un beso de la relación entre María y Fina, las dos protagonistas de la serie española ‘Sueños de libertad’ (Antena 3).
Ser lesbiana está de moda, entendiendo esta frase como todo lo contrario a una connotación negativa. Las mujeres lesbianas y bisexuales están pasando por uno de los mejores momentos de la historia en cuanto a representación y visibilidad, así como a aceptación y consecuente normalización. Pero, ¿qué las ha llevado a declararse bajo el paraguas de estas orientaciones sexuales en los últimos tiempos?
‘‘Las mujeres lesbianas y bisexuales están pasando por uno de los mejores momentos de la historia’’Para empezar a responder esta pregunta, nada mejor que tirar de datos, aunque te adelantamos que el número de personas en el mundo que se consideran LGTB+ ha aumentado, mientras que en el caso de España ha disminuido.
Los datos hablan
El reciente estudio sobre el ámbito que ha publicado Ipsos este mismo 2024 sitúa a España como el décimo país con mayor porcentaje de población LGBT+ de entre los 26 analizados, un 11% del total de la demografía. En el informe anterior, ocupábamos el segundo puesto del mundo con un 14%. Por el contrario, a nivel mundial se ha aumentado de un 9% a un 11% el porcentaje de la población total que se considera representada por alguna de las letras de las siglas. Este despunte internacional (que no nacional) se ve más claro en un tramo concreto de población, que es el de la considerada Generación Z, donde un 17% del total de los encuestados confiesa ser LGTB+, seguidos del 11% de los Millennials, un 6% de la Generación X y un 5% de los Baby Boomers. En esta misma frecuencia, es importante destacar que, en 2023, había más hombres que mujeres declarándose parte del colectivo (un 9% frente a un 7%), y de estas últimas, solo un 1% se profesaba como lesbiana frente al 4% que lo hacía como bisexual. En España, la ‘L'Enquesta Sociopolítica’ de 2023 del Centre d'Estudis d'Opinió de Cataluña reveló que en mujeres de entre 16 y 24 años, el 69% se autodenominan heterosexuales, el 20% bisexuales y el 4% lesbianas.
Parece que los datos están en contra de la afirmación que inicialmente hemos planteado. ‘‘Es que yo no creo que haya más lesbianas, sino que ahora las mujeres se sienten más cómodas para decirlo en voz alta, y acogen su felicidad y deseo por otras mujeres que antes negaban’’, expresa Bake Gómez, una de las primeras voces expertas que nos ayudarán a dar luz a por qué no paramos de ver a mujeres lesbianas.
Bake Gómez es comunicadora y una de las partes de Maldito Bollodrama, un podcast de Radio Primavera Sound sobre lesbianas creado por lesbianas, aunque te recomendamos escucharlo sea cual sea tu orientación sexual porque los temas que tratan son muy nutritivos para la mente. La otra mitad del programa es Laura Terciado, conocida como Terci, también comunicadora y experta en redes sociales. Ella saca a la luz una broma que suelen hacer respecto a esta ‘pandemia de lesbianas’ que estamos viviendo. ‘‘Como si la gente se hiciera lesbiana por contagio’’, bromea. Pero añade: ‘‘Esto sucede porque por fin las mujeres tenemos más valentía para ‘salir del armario’, sobre todo en este país. Ya no necesitamos que ningún señor nos haga una firmita para coger un autobús. Nos hemos dado cuenta, a base de referentes y de romper silencios, que es una posibilidad que te gusten las mujeres y no pasa nada. Nadie te va a matar por eso’’.
Datos como el del índice Rainbow, una iniciativa de ILGA para medir los derechos para el colectivo LGTB+ a nivel de Europa que coloca a España en el cuarto puesto, confirman lo pronunciado por Laura. También el estudio de Ipsos anteriormente nombrado, donde se sentencia que el 82% de la población de España está a favor de proteger a las personas que sufren LGTBIfobia. En otras palabras, nuestro país se trata de uno de los lugares más seguros para las lesbianas. ‘‘Es que ahora es mucho más fácil y tiene menos repercusión ser lesbiana. Al menos en España, otra cosa es irnos a otros países. Pero aquí cada vez es más visible y está más aceptado’’, cuenta Júlia Salander uniéndose a la conversación.
La visibilización es la clave
A esta politóloga y activista digital probablemente la conozcas por su libro, ‘Tu argumentario feminista en datos’ (Ed. Montena). Su hipótesis difiere de la de Bake y piensa que ‘‘ahora sí hay más lesbianas que antes, pero es que además somos más visibles’’. Comienza explicando su punto de vista a través del hecho de que las generaciones más jóvenes, como hemos visto en los datos, se hacen preguntas que antes no se planteaban: ‘‘Siempre nos han vendido el chico con chica. Todo lo que se ha consumido a nivel productos culturales era heterosexual. Realmente no había un marco de referencia para decir que una chica puede estar con otra chica. Ahora, entras en cualquier serie de Netflix y hay bolleras. Esto hará que mucha gente se haga preguntas y marca ese camino como posible’’.
Montena Tu argumentario feminista en datos: 150 razones para combatir el machismo

‘‘Es que este aumento de mujeres declarándose lesbianas es natural al crecimiento de la visibilización actual —dice Bake—. Durante nuestra infancia nos metían en la cabeza que no ser heterosexual era sinónimo de estar condenada a una vida infeliz. Entonces, claro, ¿cómo ibas a declararte lesbiana o a pensar que lo eras? Eso era asumir un destino horrible que el mundo te tenía preparado. Sin duda, hay muchos factores, pero de los más importantes para mí es que cuando se pronuncia la palabra lesbiana ya se te viene nombres, referentes y cosas a la mente. Sabes lo que es y se conocen historias reales de mujeres sáficas que son guays y que la gente quiere vivir’’.
‘‘Nos metían en la cabeza que no ser heterosexual era sinónimo de estar condenada a una vida infeliz. Ahora se conocen historias reales de mujeres lesbianas que son guays y la gente quiere vivir’’Por otro lado, es importante entrar de lleno en una de las reflexiones más populares en la población: las mujeres se confiesan lesbianas y bisexuales por insatisfacción sexual que se subsana una vez mantienen relaciones con una persona de su mismo género. ¿Es esto cierto o solo un mito más de los que rodea a las mujeres lesbianas y bisexuales? Pedro Sánchez, psicólogo sanitario y ‘coach’, explica que socialmente ‘‘se tiene una mente mucho más abierta a otras experiencias sexuales. Es decir, este tipo de orientación sexual también se ha generalizado gracias al cambio de percepción pública de la sexualidad y sus distintas tendencias. Las conductas sexuales evolucionan al mismo ritmo que lo hacen las costumbres, las convicciones, las creencias, etc. Ahora la sociedad está más abierta a explorar terrenos, ya sea por curiosidad o por interés. En el caso de las lesbianas, a veces, es por identificación de la propia sexualidad. Y, otras, por curiosidad y necesidad de experiencias sexuales más diversas. En investigaciones de los últimos años, el 70% de los participantes afirman que, si no existieran condicionantes morales, culturales o religiosos, todas las personas podrían ser bisexuales’’.
Las mujeres también mantienen relaciones sexuales
Y ya que entramos en materia sexual, nos quedamos perplejas cuando Laura Terciado compartió con nosotras el dato sobre lesbianismo que más le ha llamado la atención: la pandemia silenciosa del VPH, el virus del papiloma humano. ‘‘En realidad, ha sido una prueba de que las lesbianas sí follamos de verdad. Resulta que sin penetración también hay sexo y que nos podemos contagiar cosas, no solo la candidiasis. Y a raíz de todo esto, se ha empezado a promover la idea de que nosotras también podemos practicar sexo que no sea seguro, que tenemos muchos riesgos y que podemos pillar una ITS de la misma manera’’. Por si no lo sabías, el virus del papiloma humano se contagia a través del contacto cutáneo en las relaciones sexuales, ‘‘pero es ahora cuando empiezan a venderse métodos de barrera y promover que el sexo seguro entre mujeres. No puede ser casualidad que actualmente haya un porcentaje de población tan alto de mujeres que tengan, hayan tenido o vayan a tener VPH’’. Según la OMS, la prevalencia de infecciones del cuello del útero por el VPH entre las mujeres se registra en un 14% en Europa Oriental.
‘‘La pandemia silenciosa del VPH ha sido una prueba de que las lesbianas sí follamos de verdad. Por suerte, se están empezando a vender métodos de barrera y promover el sexo seguro entre mujeres’’Bake, por su parte, comparte que su baremo para analizar el aumento de mujeres lesbianas está en el lugar que se les da dentro del ‘mainstream’. ‘‘Eso sí, no me valen los casos de hace diez años de una mujer que todo el mundo sabe que es lesbiana, pero no lo dice por miedo. Hablo del sitio que se le da a mujeres que se identifican como lesbianas y hablan de su lesbianismo o bisexualidad abiertamente en periódicos, webs generalistas, series de televisión... Ahora hay mujeres haciendo este tipo de papeles sin ningún tipo de vergüenza o estigma. Incluso siendo personas reales y no de ficción hablando sobre ellas mismas sin ningún problema’’, expresa.
‘‘La última edición de ‘Operación Triunfo’ ha sido clave, la que más lesbianas ha tenido. Se decía la palabra lesbiana todos los días. Lo han petado’’, destaca Júlia. ‘‘Ahora bien, ¿cuáles han sido las lesbianas que lo han petado? Violeta y Chiara. ¿Por qué? Porque cumplen el patrón exacto’’, sentencia la politóloga. Parece que hemos abierto otro melón.
Los retos a los que se enfrenta el lesbianismo
Salma, concursante de ‘OT’ 2023 y abiertamente lesbiana contó hace poco, en el programa ‘Está el horno para bollos’ de Playz, que ella sufrió ‘hate’ en el programa por no cumplir los cánones que menciona Júlia:
‘‘Es que está bien que se habla sobre lesbianas y que se nos muestre al mundo. En esencia, es positivo—explica Júlia—. Pero muchas veces pienso que solo somos un reclamo mediático cuando somos femeninas y estamos buenas. Pienso en referentes, por ejemplo de redes sociales, que tengan muchos seguidores, y todas son Barbies, femeninas y guapas. ¿Y las demás dónde están? Porque tú te vas a Chueca o a Gayxample y las lesbianas no son Dulceidas. Lo mismo ocurre con cualquiera de las últimas series o películas que he visto: todas las lesbianas están cortadas con el mismo patrón. Entonces, me chirría que no encontremos otro modelo de lesbiana. El que conocemos funciona muy bien a nivel publicitario, pero todas las demás, que son la gran mayoría, no están representadas’’.
‘‘En una visibilidad real no podemos ser todas blancas. Falta gente racializada y cuerpos disidentes’’En este sentido, Bake comenta ‘‘que en una visibilidad real no podemos ser todas blancas. Falta gente racializada, cuerpos disidentes, falta lo que realmente no está al servicio del capitalismo. Una vez que tú mires una foto de lesbianas y esta sea diversa, podremos hablar de visibilización’’. ‘‘Hay que aceptar lo incómodo que también tiene el lesbianismo —prosigue Laura—. No solo a las negras, a las marrones o a las personas chinas que sean lesbianas. Las tías que no tienen pluma también son lesbianas. Hay lesbianas de todo tipo, no solo las que conocemos. Hay lesbianas que no les gustan a la gente, que no les parecen atractivas. El miedo que yo tengo es que suceda como lo que pasó con los gays: que había un gay hegemónico y todos los demás se han quedado fuera. Bueno, debéis saber que también hay gays frikis. Al final, ¿por qué solo queremos vender a las lesbianas que no son incómodas? ¿Por qué queremos vender a esas lesbianas que son puras, impolutas, guapas, bien peinadas, con rosa exquisita y discursos bien formulados?’’.
Júlia ofrece la respuesta: ‘‘Porque las lesbianas guapas y femeninas se han convertido en un reclamo que no molesta al sistema. Estoy siendo lesbiana y me muestro como lesbiana, pero sigo siendo un objeto de fetiche, un objeto sexual. Sigo dando morbo. A la lesbiana que no da morbo al sistema no se la enseña’’.
En conclusión...
Esta ‘pandemia de lesbianas’ no tiene una causa concreta que la haya provocado. Los datos dicen que España no ha sufrido un aumento de personas declaradas LGTB+ y que todavía un 29% de las personas LGTBI+ sigue encontrando difícil expresar su afecto en público (estudio realizado por Bumble y la FELGTBI+). Pero la apertura de posibilidades que ha brindado la sensación de seguridad a la hora de expresarse libremente o la creciente representación sáfica sí ha hecho que las mujeres se replanteen sus gustos, su personalidad y su sexualidad. Su identidad al fin y al cabo. Esto, por supuesto está muy ligado a la lucha feminista, que pretende librar al género femenino de la opresión ejercida por el patriarcado. Por tanto, ya sea por cualquiera de estos motivos, estamos atravesando uno de los mejores momentos de la historia para las lesbianas.
Eso sí, no debemos olvidar dos cosas. La primera, que lesbianas ha habido toda la vida y que han sido las que nos han abierto buena parte del camino a las que hemos llegado detrás. Después, ‘‘que ser lesbiana es solo tu orientación sexual. No es tu categoría social, ni tu raza ni millones de cosas que parece que se atribuyen a tu persona por serlo’’, sentencia Laura. En otras palabras: vivan las lesbianas.
+ sobre lesbianismo
ncG1vNJzZmivp6x7pLvSpqapp5yewaK6jZympmeVqHyku82snKOno2K9ra3NnqponpGitq21wGaYpqGXpMBwrZVqa2puYWV%2FcLjErJmimZ6WwG651KOcq52jZA%3D%3D